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La red departamental que agrupa estas instituciones lanzó su primer catálogo. En total, el Atlántico acoge 18 entidades museales.
Los museos –los latinoamericanos, al menos– tienen un claro reto: borrar de la mente de las personas los estantes cargados de piezas milenarias y cuadros protegidos con plexiglás. A esto se enfrentan las 18 entidades museales que registra el departamento del Atlántico.
Deben sustituir la imagen de entes estáticos y convertirla en centros activos de memoria. Esto –también lo saben– supone otro desafío: combatir la alergia generalizada que produce en muchos la palabra museo. Y algo se ha hecho, ya que, anual y aproximadamente, el conglomerado de estos en el Atlántico reporta 700 mil visitas.
Los museos hablan a través de lo que muestran; también a través de quienes los cuidan. Adriano Guerra hace eso con el Archivo Histórico del Atlántico, uno de los dos centros de memoria que atesora el Atlántico. Guerra es, además del director de esta institución, la cabeza de la Red Departamental de Museos, que ayer festejó el lanzamiento del catálogo que compila las 18 entidades de este tipo que se agrupan en el Atlántico.
“Hay unos que son más grandes y reciben más gente, como el Museo del Caribe y el Zoológico de Barranquilla, que clasifica como un museo vivo. Y entre estas 18 entidades realizan anualmente más de unos 500 eventos”.
Guerra resume así los indicadores y el impacto del sector museístico a nivel departamental. “Eso, frente a la visibilidad o a la cantidad de recursos, no es igual”, pero a través de la red lo que se busca es hacer un pacto colectivo, “unirnos, intercambiar experiencias, fortalecernos en la difusión”, en la visibilización de ese sector.
Los nuevos conceptos. A los museos se les dio por salir a la calle. Si la gente se olvidó de ellos, tocó salir a buscarla. Si se creía que eran exclusivos de una élite, entonces había que democratizarlos.
Y es que si se trata de “una institución (...) al servicio de la sociedad y su desarrollo, abierta al público, que adquiere, conserva, investiga, comunica y expone o exhibe, con propósitos de estudio y educación colecciones de arte, científicas, entre otros, siempre con un valor cultural”, según el Consejo Internacional de Museos, cada ciudad, en sí misma, es uno de estos.
Los museos a cielo abierto son un concepto que se trajo desde Europa y que consiste en que la misma ciudad es un museo. Donde hay edificaciones o registros de una arquitectura que representa memoria urbana se diseñan rutas y se demarcan zonas.
En Barranquilla, el trayecto lo marcan las construcciones estilo art déco que se levantan en el Centro, principalmente. Bervith Andrade, guía certificada de turismo, lidera esta iniciativa junto a Gustavo García, director de este ente de fronteras invisibles que está considerado como museo desde 2012, cuando se conformó la red.
El Buséfalo (bus del Museo de Arte Moderno) es el instrumento con el cual “hacemos el recorrido para mostrar nuestras piezas y colecciones”. El Mamb, cada cierto tiempo, propone en su programación este recorrido al público. Es la principal manera de acceder a este con una visita guiada, si bien los barranquilleros y foráneos pueden recorrerlo a diario.
Los museos vivos también hacen parte de las novedades de este catálogo, y el Zoológico de Barranquilla es el único con esta denominación en el Atlántico. Su exhibición permanente, nutrida por los shows de interacción con animales, lo convierten en uno.
La idea del catálogo se remonta al 2009, cuando comenzó la idea de la Ruta de los Museos. Solo hasta ahora se ve materializado en una obra que se repartirá gratuitamente en cada una de las 18 entidades adscritas a la red.