Los diez mandamientos del guía.
Por Esteban Maciques Sánchez.
A través de una serie de artículos hemos apuntado a cuestiones que deben y no deben hacer los guías, a los efectos de llevar a cabo su cometido: la enseñanza de la exposición. Ahora, para terminar, voy a resumir estos aspectos en diez fundamentales, aunque bien pudiéramos extenderlos a quince o a veinte. La fundamentación y el desarrollo de estos MANDAMIENTOS, a manera de resumen, pueden referirse a lo que ya hemos estudiado pero, sobre todo, deberían someterse a una revisión y ajuste, a partir de la práctica de la visita guiada:
1- Conocerás los objetivos que se persiguen al visitar la exposición a fin de satisfacerlos, de precisar el itinerario, de motivar y de utilizar los recursos didácticos en relación con dichos objetivos.
2- Introducirás la exposición y los nuevos contenidos teniendo en cuenta los conocimientos previos que tiene el visitante: activarás los conocimientos.
3- Avanzarás por el HILO TEMÁTICO de la exposición consolidando y retroalimentando los contenidos.
4- Preguntarás para ir de lo conocido a lo desconocido. Utilizarás las preguntas en cualquier momento de la exposición para hacer ver, reconocer, ampliar, profundizar; pero también para despertar el interés, llamar la atención.
5- Preguntarás primero al colectivo y luego al individuo. No a la inversa. La pregunta lanzada de manera general da tiempo a pensar, a la participación espontánea y no inhibe. Toda respuesta es válida, sea correcta o desacertada. La habilidad con que trabajemos con la respuesta dará la medida de la productividad de nuestra pregunta. Es preferible no celebrar excesivamente las respuestas, pero NUNCA CENSURAR.
6- Haz referencia a los métodos y procedimientos que estamos utilizando en el estudio de objetos y fenómenos. Piensa que la forma en que ahora aprendemos algo puede ser útil en otros momentos.
7- No atiborres con información y conocimientos. Hazlos nacer y crecer con la participación del visitante. Enseña pero entretiene. Haz de la visita un momento que se desee repetir (entusiasma y crea expectativas).
8- Haz ver la exposición como un hecho insólito e irrepetible del que es necesario sacar un máximo provecho.
9- Entiende tu papel como parte importante de un proceso de enseñanza-aprendizaje, pero no como la única parte: da participación al público y haz que sea coprotagonista del desarrollo de la visita.
10- Llega a conclusiones de la visita realizada, al final de la misma, con la colaboración de quienes hayan participado. Después de la visita, piensa en los aspectos positivos y negativos de tu actuación.
Guiar una exposición es, como acabamos de ver, el resultado de un trabajo, de un esfuerzo, sin embargo, cuando conseguimos que la visita experimente satisfacción, que reconozca que ha aprendido, que ha disfrutado, entonces podremos sentirnos gestores de un proceso de creación espiritual y de educación: este es el mayor orgullo del guía.
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