
Según estimaciones de la Federación Mundial de Sordos, hay en el mundo cerca de 70 millones de personas con deficiencias auditivas. Un porcentaje no determinado de ellas tiene un lenguaje de señas como su principal medio de comunicación, y con ella, también, una cultura peculiar, que se distingue en el contexto de las comunidades mayoritarias oyentes donde los sordos habitan.
Los especialistas que estudian ese fenómeno hablan de Cultura Sorda.
Así como las lenguas de señas varían considerablemente de país en país, también son distintas las culturas de las comunidades de personas sordas. Sin embargo, existen al menos dos factores que determinan interesantes similitudes entre los sordos señantes de todo el mundo:
a) El primero de ellos es el uso de una lengua de señas como primera lengua. La modalidad visual de estas lenguas impone un modo similar de percibir y representar el mundo.
b) El segundo factor es la actitud discriminatoria que existe hacia las personas sordas por parte de los colectivos oyentes: la sordera es considerada una enfermedad, el sordo, un enfermo que debe ser curado.
Esa visión ha confinado a los sordos, sus lenguas y sus manifestaciones culturales al ámbito de lo patológico.(Raquel Sánchez Folch)
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