El esclavo enseña a su amo la verdadera libertad que es el dominio o señorío de si mismo.
Hacer fuerte la interioridad del ser humano, más fuerte que todo lo externo, que todo lo que puede entrar en nuestra conciencia procedente del exterior.
El señor es dependiente de varios niveles: depende del reconocimiento del esclavo, depende de la producción, de la capacidad del esclavo de producir los bienes que necesitas para su sostenimiento, y el que es realmente autónomo es el esclavo, porque está en condiciones de dominar la naturaleza y de dominarse tambien a si mismo.
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