ENTRE BRUMAS Y ATARDECERES
Los cielos mágicos y poéticos de Dolores Guerrero
Los cielos que pinta Dolores Guerrero no son paisajes. Desprovistos de toda imaginería figurativa, desnudos, instalados en la más pura abstracción, se nos antojan creaciones mágicas. Digo mágicas y remacho con énfasis el adjetivo mientras afirmo que, para mí, esos cielos sugerentes, brumosos o claros, plomizos o luminosos, alegres o trágicos; están cargados de magia en la medida en que evocan otra cara de la realidad, la que no es aparente, la que vamos a descubrir cuando el prestidigitador agita la tela, la hace discurrir y aparece con delicadeza inusitada la sorpresa y el contradictorio equilibrio de lo que parece imposible.
Pero de la misma manera que hablo de magia, pudiera hablar de poesía y afirmar que de la rica y equilibrada paleta de Dolores vuelan (o salen del aire donde después permanecen) manchas que también pueden verse o mejor, leerse, como versos azules o grises, matizados por albas, ocasos, galaicas “brétemas” de su Lugo natal o presagios oscuros de tormenta de verano. Versos delicados, tenues, evocadores y certeros que describen cielos diversos y cambiantes o van mucho más allá y retratan estados del alma.
El recordado, y tristemente desaparecido, poeta lucense Carlos Casanova, que conocía muy bien la obra de Dolores desde sus inicios hace más de veinte años, nos dejó escrito como entendía él la evolución de su pintura: “ Dolores Guerrero ha ido restando todas las calidades figurativas de sus paisajes, en los últimos años, hasta encontrarse a sí misma absorta en los cielos ricos de azules que no son en realidad, sino pretextos para composiciones abstractas pensadas desde una paleta libre, al fin, para perderse en sus ensoñaciones líricas lejos de la tierra y de sus accidentes”.
Palabras acertadas que como la pintura de Dolores Guerrero nos hacen soñar, describir vuelos libres en un cielo imaginario, elevarnos en la búsqueda de aquello que la pintora quiere y consigue atrapar. En esos cielos hay magia, sonoridades, olores, movimientos y versos limpios, lienzos o páginas cargadas de poesía.
Encarna Lago Gónzalez
Gerente de la Red Museística Provincial de Lugo
Los cielos mágicos y poéticos de Dolores Guerrero
Los cielos que pinta Dolores Guerrero no son paisajes. Desprovistos de toda imaginería figurativa, desnudos, instalados en la más pura abstracción, se nos antojan creaciones mágicas. Digo mágicas y remacho con énfasis el adjetivo mientras afirmo que, para mí, esos cielos sugerentes, brumosos o claros, plomizos o luminosos, alegres o trágicos; están cargados de magia en la medida en que evocan otra cara de la realidad, la que no es aparente, la que vamos a descubrir cuando el prestidigitador agita la tela, la hace discurrir y aparece con delicadeza inusitada la sorpresa y el contradictorio equilibrio de lo que parece imposible.
Pero de la misma manera que hablo de magia, pudiera hablar de poesía y afirmar que de la rica y equilibrada paleta de Dolores vuelan (o salen del aire donde después permanecen) manchas que también pueden verse o mejor, leerse, como versos azules o grises, matizados por albas, ocasos, galaicas “brétemas” de su Lugo natal o presagios oscuros de tormenta de verano. Versos delicados, tenues, evocadores y certeros que describen cielos diversos y cambiantes o van mucho más allá y retratan estados del alma.
El recordado, y tristemente desaparecido, poeta lucense Carlos Casanova, que conocía muy bien la obra de Dolores desde sus inicios hace más de veinte años, nos dejó escrito como entendía él la evolución de su pintura: “ Dolores Guerrero ha ido restando todas las calidades figurativas de sus paisajes, en los últimos años, hasta encontrarse a sí misma absorta en los cielos ricos de azules que no son en realidad, sino pretextos para composiciones abstractas pensadas desde una paleta libre, al fin, para perderse en sus ensoñaciones líricas lejos de la tierra y de sus accidentes”.
Palabras acertadas que como la pintura de Dolores Guerrero nos hacen soñar, describir vuelos libres en un cielo imaginario, elevarnos en la búsqueda de aquello que la pintora quiere y consigue atrapar. En esos cielos hay magia, sonoridades, olores, movimientos y versos limpios, lienzos o páginas cargadas de poesía.
Encarna Lago Gónzalez
Gerente de la Red Museística Provincial de Lugo
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